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Green Dragon

miércoles, 4 de enero de 2012

cuento: El adiós de Juan

EL ADIOS DE JUAN


-¡Juan!
-¿Si?
-¿Tú me amas?
-¿Qué esperas que te responda?
-¡La verdad!
-¿La verdad?, la verdad no sé si en mi vida yo haya llegado a amar a alguien.
-¿A nadie?, ¿y a tu hijo?
-No; posiblemente no, hacia él siento algo así como un deber, ¡sí, eso es!, con él adquirí  una deuda al permitir que viniera al mundo.
-No puedo creer que no ames a tu hijo, pero has de amar a tu madre.
-A mi madre sólo le tengo gratitud, por el hecho de que ella se esforzó mucho en hacer de mí un hombre de bien, aunque no lo haya logrado. Por mi madre siento lástima al ver su vejez y la vida infructuosa que ha llevado hasta el momento.
-¿Y amas a tu esposa  Amelia?
-Amelia fue en mi vida tan sólo una equivocación más, un intento fallido en la búsqueda de la  normalidad, digamos que fue una víctima de mi deseo por complacer a mi madre. No importó ni un poco todo el amor que ella derrochó en mí, ni su excesiva dedicación por el hogar, ni lo mucho que  intentó que ese matrimonio funcionara, ni siquiera el hecho de haber tenido un hijo juntos. Si bien Amelia se podía considerar la mujer perfecta, un dechado de virtudes; hermosa, elegante, sofisticada y muy hogareña, no dejaba de ser más que una mujer frívola, insulsa y sin ningún encanto real. No, nunca llegué a amar a Amelia, es más, no sé cómo fui capaz de compartir el lecho con ella durante cinco años y de besar su boca de víbora; junto a Amelia sólo conseguí perder tiempo y dinero.
-¡Juan, entonces dime qué carajo  sientes por mí, si es que sientes algo!
-No te enojes, me pediste la verdad y eso obtendrás de mí. Por ti siento un enorme deseo, cada vez que te veo me invade un ardor más fuerte que mi razón, me invaden unas ganas locas de rasgarte la ropa, de llenar con mi pasión cada rincón de tu cuerpo, besarte y morderte los labios, el cuello, el pecho, apretarte fuertemente contra mí, clavar mis dedos en tus caderas y subyugarte bajo mi cuerpo, entrar en ti  y meterme bajo tu piel, humedecerte cada ranura con mi saliva y descuartizarte en pedacitos para devorarte  en tu propia salsa, tu sudor, deseo estallar en tu interior y que me acojas dentro de ti. Sí, esto  es lo que siento por ti, una pasión irrefrenable, una inmensa necesidad de tu presencia, mas amor, amor no.
-Entonces yo no tengo nada que hacer aquí, lo mejor será que me vaya.
-Si eso es lo que deseas...
-¿Acaso no piensas pedirme que me quede?
-Para qué preguntas lo obvio, bien sabes que no pienso detenerte, pero recuerda que eres tú quien se va y no soy yo quien te pide que lo hagas.
-No hay nada más que decir, contigo no hay caso. Adiós Juan; no olvides cuanto te amé.
-Adiós Pedro, nunca lo olvidaré.


DAYAN HERRERA BERNAL.   
BOGOTÁ, MAYO DE 2005

los porqués de este blog

Este blog ha sido creado no solo por ocio, aunque hay un poco de eso, sino además como una iniciativa para  dar a conocer escritos que merecen ser publicados y por falta de palanca o exceso de modestia de los autores no lo han sido. También tiene como intención generar un espacio de discusión y opinión que si bien se nutre de la academia no precisa de pertenecer a ella para participar. Finalmente es un recurso académico para mis aprendices   .¡Toda una colcha de retazos como mi cabeza!.